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9.14.2005

Tu rostro...

Hoy una peculiar palidez iluminó de alguna manera tu cara, la dotó de un brillo paradójicamente opaco que resaltaba la claridad de tus ojos, que como cualquier otro cristal, reflejaban la luz desde cualquier ángulo y parecían dar intensos destellos perceptibles incluso sin mirarlos directamente.
Me gustaría contemplarte al menos un instante, con las mismas ganas, con la misma nostalgia con que pierdes tu mirada en dirección a la luna, que esta noche parece haber bajado a retozar en tu rostro mientras un repentino ventarrón abre de golpe las ventanas de tu cuarto agitando tu cabellera como la majestuosa melena de un fiero león…


19-07-05